miércoles, 15 de octubre de 2008

Analizando Al Enemigo: El Pop

Los más apasionados de la música, sobre todo los más exigentes, lo critican. Enemigo natural del género roquero, la música “popular” o simplemente pop se conforma con incluir una estructura básica de estrofa-coro y melodías pegajosas en su canciones, fácilmente digeribles para todo tipo de público.
Cuando en 1958 Little Richard tocó como desquiciado su piano, Elvis movió las caderas “indecentemente” y Jerry Lee Lewis se casó con su prima de 13 años, el rock and roll ya no fue tan bien visto por las clases conservadoras. Para mitigar el “peligro” la industria discográfica se dio a la tarea de reclutar a una serie de jóvenes galanes, perfectamente arreglados, que entonaran bonitas canciones de amor.

Al naciente pop se le llamó primero “teen idol” con estrellas como Paul Anka, Ricky Nelson y Pat Boone entre otros, cuyos éxitos fueron cuidadosamente confeccionados en el célebre Brill Building de Nueva York, una auténtica fábrica donde compositores, coreógrafos y diseñadores de imagen producían música para venderse masivamente. Era pues, el inicio de la llamada música comercial.

Pero al carecer de autenticidad –y con el único objetivo de generar ganancias– el pop no podía darse el lujo de arriesgar, tal como sí lo hacía el rock, atrevido por naturaleza y siempre hambriento por romper esquemas. El pop entonces aguardó paciente los experimentos roqueros y los empezó a cooptar cuando calculaba podrían convertirse en fórmulas probadas para el gran público.

Así le sucedió primero al rhythm and blues, tan evidentemente negro y sexual que fue “rebajado” con dulces voces femeninas gracias a Las Shirelles y Las Supremes, así como con la pared de sonido inventada por Phil Spector (ver foto). Por su parte el soul, ese grito del orgullo afroamericano, es llevado al público blanco con cantantes de ojos azules y bien trajeados, tipo Righteous Brothers y Los Rascals.
A mediados de los sesenta, con el inminente éxito de los Beatles, se reclutan a cuatro aspirantes de poco o nulo talento para competir con el cuarteto de Liverpool. Bautizados como The Monkees y con un gran aparato publicitario detrás, logran en su momento arrebatarles la cima de las listas de popularidad...

Pero a cuarenta años de su efímera victoria, pocos los recuerdan. El tiempo, la historia, siguen siendo justos con John, Paul, George y Ringo. Tal como los dulces, la música acaramelada termina por empalagar. Y es que se vale consumir chatarra en nuestra dieta musical (como las papas fritas, que de vez en cuando no hacen daño) pero también nos enriquece escuchar algo que sea "más nutritivo". Pero en fin...

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